Perdonen que vuelva a la carga con el tema del tráfico. ¡Pero es que en las carreteras de este país se ven tantas situaciones que soprenden! Y no me dejo de asombrar, por más que se han convertido en realidades tan cotidianas como beber, comer, caminar...
El sábado pasado, a eso de las 4:45 de la tarde, enfilé la avenida Luperón de Santo Domingo para ir a casa de un amigo a ver un partido de fútbol que pasaban por un canal de cable. Tardé menos de diez minutos en llegar al punto de destino y pasé, en esa ruta y en ese tiempo, por nueve semáforos. Tuve que parar en cuatro de ellos que estaban en rojo. Pero no hicieron lo mismo otros 14 vehículos que iban por la misma ruta.
En algunos casos, la luz había cambiado de ambar a roja antes de que llegaran al cruce. En lugar de frenar, aceleraron, sin importarle al conductor el hecho de que otros vehículos hacían uso de la luz verde en la otra vía. En otras ocasiones, llegaban a cruce, miraban si venía algún vehículo y seguían el camino. En cuanto al tipo de vehículo, no había distinciones. Lo mismo eran jeeps de lujo que carros destartalados. Hasta un camión vio verde lo que era rojo.
Si tomamos en cuenta esa cifra y hacemos un engañoso promedio, obtendríamos datos escalofriantes. Cada minuto, 1.4 vehículos se estarían saltando la luz roja de los semáforos. Cada hora, 84 conductores estarían cometiendo tal infracción. Cada día, la policía debería multar por no respetar la señal a 2,016 infractores. Al año, serían 735,840 multas por tal motivo. ¡Y eso que era un sábado en la tarde, cuando la cantidad de vehículos en las calles de la capital dominicana es bastante más reducida que cualquier día de la semana! Puedo asegurar que alcanzaríamos una cifra millonaria.
Según datos tomados de un trabajo publicado por ElCaribeCDN.com el 11 de febrero pasado, la Autoridad Metropolitana de Transporte (Amet), una especie de policía de tráfico, el año pasado fueron multados por pasar el semáforo en rojo un total de 41,385 personas. Esto supondría sólo un 0.56% del promedio sacado tomando el ejemplo del pasado sábado.
El libertinaje es una práctica en el conducir diario en la República Dominicana. Y el irrespeto que miles, por no decir centenas de miles, de conductores tienen por la Ley 241-00 no sabe de clases sociales, de poderes económicos, de niveles educativos... Hace un par de años, en una entrevista con el que era director de Tránsito de la Amet, cuyo nombre no recuerdo en este instante, le pregunté si los mayores infractores eran los choferes de carro público o los potentados funcionarios públicos, militares o congresistas. Sin pensarlo ni dos segundos, afirmó que los potentados.
Cualquier cosa vale en un país en el que el valor de las multas por infracciones del tipo de pasar el semáforo en rojo oscila entre los 20 (60 centavos de dólar) y los 50 pesos (un dólar y medio).
27.3.06
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