19.8.09

Olimpiadas de ciberperiodismo para jóvenes estudiantes


A través de mi twitter (@IbanCampo) comuniqué hace unos días el inicio de la tercera edición de las Olimpiadas de Ciberperiodismo para Jóvenes Estudiantes de la República Dominicana. Ahora que estamos en el ecuador de la competición de aprendizaje y puesta en práctica, cuento qué es esto.

Hace tres años, mi amigo Santiago Tejedor, doctor en Ciberperiodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), me envió un correo para contarme una idea. Se trataba de organizar una competición entre estudiantes de periodismo con la idea de, a partir de la transmisión de conocimientos básicos sobre ciberperiodismo, construyeran una propuesta periodística en internet a partir de plataformas gratuitas tipo blog.

A partir de ahí, FUNGLODE, la fundación en la que trabajo como Director de Comunicación, se sumó a la idea, contactamos con las tres principales escuelas de Comunicación de República Dominicana, obtuvimos el apoyo del Despacho de la Primera Dama y del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) y, en el mes de agosto de 2007, arrancó la primera edición.

En poco más de 15 días, estudiantes casi novatos en la carrera, se encerraron en un aula, prestaron atención a lo que Santi y yo les contábamos, generaron sus ideas de cibermedio, aprendieron a usar herramientas disponibles en la red para hacer periodismo y presentaron a un jurado formado por profesionales del periodismo sus proyectos vía un enlace de internet.

A trancas y barrancas, hemos llegado al tercer año. En esta ocasión, 24 alumnos han asumido el reto y ya trabajan en sus proyectos. Tienen hasta el próximo 24 de agosto para entregar una pequeña memoria de su proyecto y el enlace para poder visualizarlo.

El 26 de agosto, en el auditorio de FUNGLODE, quienes asistan a la clausura, abierta al público, podrán contemplar lo que estos estudiantes han logrado en el tiempo récord de 15 días. Luego sabremos cuáles se llevan las medallas de oro, plata y bronce. Habrá alegrías y decepciones. Pero todos habrán tenido una experiencia que, por ediciones anteriores, les marca para su futuro.

Y hay grupos que han seguido con sus proyectos una vez finalizadas las Olimpiadas. Y así han creado su propio puesto de trabajo.

17.8.09

Ana nos acecha

Llegó mediados de agosto. Llegó el inicio de la mayor actividad de la temporada ciclónica. Hasta ahora estábamos libres de peligro. Desde anoche, el rabillo del ojo mira al cielo. Depresión tropical a la vista. Ana, ése es su nombre, nos quiere inundar. Trae mucha agua. Menos viento.

Se han activado las alerta. Me inquieta lo que pueda pasar en zonas ya saturadas por aguas caídas durante dos años y que no terminan de filtrarse hacia el subsuelo. Los terrenos están saturados. Y la gente se resiste a abandonar lo poco que tiene para buscar otro lugar en el que reemprender su vida sin peligro.

Esta noche dormiremos como las gallinas, por si hay que levantarse a sobre proteger el hogar, en el que ya hemos tomado algunas precauciones. Pero nunca se sabe. El clima, como la naturaleza, es imprevisible. Sólo queda esperar que Ana se apiade de nosotros y no se cebe con República Dominicana.

4.7.09

Frustante Plaza Lama

A la nevera de casa se le concentra agua en la parte inferior, justo debajo de los cajones de frutas y verduras. No tiene aún un año y es fruto de un cambio por otra, de la misma marca, que llegó defectuosa. La adquirimos en Plaza Lama, por aquello de que era una buena oferta. Pero la experiencia me está confirmando que mejor me olvido de la que llaman la Supertienda.

Llevo una semana detrás de ellos para ver si vienen a ver qué le pasa. El primer contacto telefónico logrado resultó en fracaso. "Necesitamos el número de la factura". Le dije que no lo tenía encima. "Pues entonces venga a nuetra tienda y buscamos la referencia". No la podían buscar en línea, sino que yo debía encontrar el tiempo para poder acudir allí y hacer el reporte para que me enviaran al técnico a reparar la avería.

Encontré la factura en casa hace cosa de seis días. Desde entonces, ha sido imposible comunicarme con las personas que deben tomar el reporte. Llamo a la central, 809 533 4848,y te dan instrucciones para marca una extensión o el 0 para contactar con la recepcionista. "La extensión que ha marcado no existe", pero ellos la ofrecen con alternativa. Y la recepcionista nunca está disponible, "saliendo del sistema". Y acaban la llamada. Es frustrante. Ni siquiera toman el auricular en Servicios al Cliente.

Reviso su página web, pero lo único que me ofrecen son productos. No hay dónde encontrar una sección con números de contacto o con indicaciones de cómo proceder si hay un problema. Pruebo llamando al 809 274 5262, que aparece en grande en la zona superior, y pienso que ahora sí. "Para hablar con un representante, pulse 0". Se cierra la llamada inmediatamente lo hago.

Me doy por vencido por hoy. Sacaré el agua de debajo de los cajones plásticos una vez más y tendrá que ser el lunes cuando vuelva a intentarlo. ¡Qué les digo!

24.6.09

Lamentable comportamiento

Asisto este miércoles 25 de junio a la tercera sesión de un diplomado de comunicación política y campañas electorales, iniciativa de un grupo vinculado con FUNGLODE y de la Universidad George Washington. Muchos de los asistentes son políticos en ejercicio o personas vinculadas con la política, en distintos niveles.

Durante toda la jornada, los celulares suenan. Los apagan una y otra vez porque sus dueños no son capaces de ponerlos en la modalidad de "silencio" o de "vibrador".

Y los hay que, lejos de respetar al profesor o ponente que habla desde el podio, sobre el escenario, responden o hacen llamadas. Y su acción se repite a lo largo del día hasta llegar a desesperar a aquellos que queremos atender lo que nos cuentan.

Es muy triste que quienes se están preparando para entender mejor el mundo de la comunicación política, que están llamados a hacer campaña política, a ganarse la confianza del votante, no tenga una pizca de respeto por sus compañeros de aula, pero sobre todo, respeto por quien trata de comunicarle nuevos conocimientos que le sirvan para hacer un mejor y más efectivo trabajo electoral.

Eso, sin contar a los que entablan conversaciones paralelas mientras el profesor sigue con su lección. ¡Lamentable comportamiento!

10.6.09

El dengue y la gripe A-H1N1

La gripe A-H1N1 ha afectado en la República Dominicana, hasta este miércoles 10 de junio, de manera oficial, a casi un centenar de personas. A estas alturas, aún no tengo claro si una mujer que murió la semana pasada fue víctima de esta influenza o de otro mal que ya padecía.

Leo hoy en Listín Diario que el dengue ha matado en lo que va de año a ocho personas y ha afectado a casi 1,300.

Para la primera, se han comprado equipos y medicamentos. Para la segunda, que es "endémica" y no hay quien nos la quite de encima, apenas hay alguna que otra campaña de concienciación, cuando no sería descabellado afirmar que ésta es más peligrosa para los dominicanos y visitantes que la famosa nueva gripe.

El mismo esfuerzo que se está haciendo para prevenir contagios de la enfermedad de moda se debería hacer durante todo el año para prevenir el dengue. O más.

29.5.09

Un 19 de mayo especial


El pasado martes 19 (de mayo) fue especial. Profesionalmente sentí que algo había cambiado en mi vida. En Madrid, la capital de España, asistí a un momento que me ayudó a repasar mi carrera profesional de un vistazo y darme cuenta de que he logrado alcanzar retos y sembrar semillas sobre las que pocas veces reflexiono y que apenas valoro.

Ese día hacía casi un año que le planteé a Félix García, presidente de Multimedios del Caribe, la posibilidad de entrar en contacto con el Grupo PRISA para ver qué disposición había para alcanzar un acuerdo que llevara su buque insignia, el diario EL PAÍS, a la República Dominicana.

Llegar a ese punto fue producto de un ejercicio de pensamiento animado por conversaciones breves con gente como Paco Castillo, Luisín Mejía o Julio Ortega Tous. Ellos querían leer el periódico en el papel de toda la vida y, como entre mis ocupaciones está la de escribir de cuando en vez para el autodenominado “diario global en español”, me lo reclamaban.

Algún comentario le había hecho al respecto a Miguel Ángel Bastenier, hoy un jubilado en acción –sigue con su columna en el matutino y dando clases allá donde le buscan- e incluso le llegué a enviar algún mensaje sobre el tema a Joaquín Estefanía, director de la escuela de periodismo que comparten EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid, a quien conocí gracias a mi trabajo en FUNGLODE.

Todo había quedado en escarceos sin resultado. Hasta que retomé el tema con “Baste” y le mandé un correo electrónico a José Manuel Calvo, subdirector de EL PAÍS. A partir de ahí, se inició un proceso de conversaciones, de informes, de reuniones en Madrid y en Santo Domingo, hasta los acuerdos finales.

Desde el miércoles 20 de mayo, la edición internacional de EL PAÍS circula en la República Dominicana, luego de que ese martes especial, en horas de la tarde, con la presencia del Presidente Leonel Fernández como testigo de excepción, en la sede central de PRISA, en la Gran Vía madrileña, Félix García e Ignacio Polanco, ratificaran su voluntad de seguir adelante con lo que fue una idea, casi un sueño, y que, por decisión de ambos, puede ampliarse a otros acuerdos que envuelvan televisión, radio e internet.

No estuve en tan emotivo acto protocolar, por eso, por protocolar, y reservado a unos pocos. Pero, en la puerta de Gran Vía 32, aguardé a que todos los protagonistas con nombre salieran del edificio tras la “ceremonia”. Las ansiedades dejaron sitio a las emociones. Y ya por la noche, cenando con algunas personalidades del mundo dominicano, ese gusanillo de la satisfacción por haber contribuido a hacer realidad una idea, me recorrió durante unos efímeros instantes. Al fin y al cabo, como me dijo mi esposa, Ony, en un SMS mientras transcurrían los protocolos, “Este día es tuyo”. Ella ha lo ha vivido tanto como yo.

4.5.09

Un libro por la patria

Bastaba con entregar un libro para obtener una entrada para el macroconcierto que tuvo lugar el viernes 1 de mayo en el Palacio de los Deportes de Santo Domingo. Fue una fiesta de la música por una buena causa que, hasta ese día, había "recaudado" 50,000 libros para poblar las bibliotecas de las escuelas menos pudientes del país.

Las puertas del centro deportivo quedaron abiertas a las seis de la tarde. En el espacio VIP no se vieron las habituales caras de conciertos organizados por los empresarios habituales. Pueblo y más pueblo, salvo tres o cuatro trajeados, entre ellos, en primera fila, el presidente de la entidad organizadora, la Fundación Nacional de Desarrollo Integral (FUNDI), el secretario de Estado Félix Bautista.

La iniciativa es loable y, a lo largo de esta semana, podría completarse con otros 80,000 ejemplares que, según dijo sobre la tarima el presidente del comité organizador de la campaña, el empresario Manuel García Arévalo, estaban prometidos.

Kinito Méndez, Eddy Herrera, Los Hermanos Rosario, Fernando Villalona, Milly Quezada, Sergio Vargas... merengue de calidad salpicado con notas de salsa puestas por El Canario, la banchata de Raulín Rodríguez y el son de Fernando Echavarría, para que el caballo mayor, Jhonny Ventura. Y, claro, con semejante repertorio, fue difícil ver al público sentado, salvo aquellos que tenían cara de haber asistido obligados o porque no les quedó otro remedio, que también los hubo.

Tras bastidores, Sergio Vargas pidió acciones como la que apoyó para lograr llevar médicos a las escuelas. "¿De qué sirve llevar libros si los ojos están enfermos?", se preguntaba. Milly, exultante, estaba feliz por la causa, cuya institucionalización anunció. Y Fernando Villalona, el último en llegar al Palacio de los Deportes, también tenía la sonrisa en la boca por poder ayudar a llevar libros a las escuelas "para que los niños puedan aprender".

29.4.09

Comunicación y la gripe ¿porcina?

El martes en la noche recibí un SMS de Onysela, mi esposa, también periodista, en el que me informaba del ingreso de una muchacha mexicana en la Clínica Corazones Unidos de Santo Domingo con síntomas de gripe. Saltaron las alarmas. Y no era para menos.

Había que esperar los resultados de las pruebas y análisis para saber si esta joven de 23 años que había llegado a la República Dominicana el lunes padecía la que han bautizado "Gripe porcina". Y llegaron en la mañana de este miércoles. Negativo. ¡¡¡Uffff!!! Un toque de atención sin embargo para no relajarse.

Me ha llamado la atención, en todo esto, el gran escándalo que se ha organizado desde el fin de semana y que ha generado una especie de pánico traducido, en algunos casos, en sensacionalismo que ha llevado a pesonas vinculadas a la comunicación y el periodismo a saltarse las más básicas normas de la profesión que vivo y defiendo.

Una amiga me decía esta mañana en una reunión que había escuchado en la televisión que el diagnóstico de la joven azteca era positivo. Me extrañaba no ver en los digitales noticia de tal trascendencia. La negación horas más tarde me hacía lamentar la falta de profesionalidad que a diario recibo de los medios de comunicación, salvo las excepciones de lugar.

La historia se repitió con un e-mail enviado por un colega en el que decía que no tomáramos en broma la gripe de los puercos (¿saben de algún puerco enfermo, muerto o algo por el estilo por esta enfermedad supuestamente causada por ellos?), que ya la mexicana estaba "infectada" y que había que cuidarse. Le tuve que llamar la atención y pedirle que, la próxima vez, corrobore las informaciones antes darlas por reales.

En la noche he leído una noticia en EL PAÍS que ha confirmado mis dudas sobre lo que nos están contado de esta enfermedad. ¿Hasta dónde es cierto que las muertes en México y Estados Unidos, lamentables todas, se deben a esta "nueva gripe"? ¿Nos están contando algún cuento exagerado por algún interés en paticular? Creo que en los próximos días iremos recibiendo información que colocará todo en su respectivo lugar.

28.4.09

El colmo del SMS bancario

No me quedó otra que reírme. El banco que mencioné en mi otro post no fue capaz de mandarme ni un SMS para anunciar la cancelación de mi tarjeta de débito por problemas con su seguridad, pero sí me mandó esta mañana otro mensaje.

Decía algo así como que me invitaban, el próximo viernes, a disfrutar gratis de una obra que será escenificada en el Teatro Nacional de Santo Domingo. Lo dicho, el colmo.

No pasé hoy por el cajero a revisar si la nueva tarjeta estaba activa. Tras ver la "invitación" por el celular se me han quitado las ganas. Y por si fuera poco, esta mañana me cortaron la luz por un despiste en la fecha de pago. Pero eso será en otro momento. Recopilo unos datos para mostrar una gran incongruencia.

26.4.09

Pique por un banco

El viernes 24 de abril, por la tarde, después de un almuerzo de trabajo con el gurú del mercadeo y las relaciones públicas 2.0 David Meerman Scott, tomé mi ruta a casa para cambiarme y acercarme a la Sala de la Cultura del Teatro Nacional. Debía asistir a la celebración del quinto aniversario de la revista Global, de la fundación en la que trabajo.

Mi cartera estaba vacía, así que decidí parar en un cajero del Banco Popular que queda cerca de casa. Metí la tarjeta en la ranura, me la devolvió y comencé la operación. ¡Sorpresa! Me pide que contacte con el banco. Pruebo de nuevo, por si había algún error técnico. Nada, no funciona. Llamé al banco, servicio al cliente.

"Su tarjeta ha sido cancelada y debe pasar por una sucursal para que le entreguen otra". Pedí una explicación, pues la que tenía en mis manos caducaba dentro de cinco años. "Para evitar fraudes hemos procedido a cancelar tarjetas". ¿Por qué no me lo habían avisado? ¿Y si hubiera tenido una emergencia y para eso necesitaba el dinero?

Alterado por la incompetencia comunicativa del banco, le pedí explicaciones a alguien que, por otra parte, no podía hacer gran cosa más que escucharme y repetirme, tras pedir excusas, que debía pasar a buscar otra y activarla. ¿No se dan cuenta del mal que provoca un problema de comunicación? Me causaron mal humor, tuve que gastar dinero en una llamada, desplazarme en mi vehículo a buscar la tarjeta, consumiendo gasolina y desgastando piezas, perdí el tiempo que tenía destinado para otros asuntos personales.

En suma, una mala comunicación del banco con el cliente -no sé a cuántos les habrá pasado lo mismo- generó mi descontento y mi desconfianza hacia una entidad que, además, no podía activarme la nueva tarjeta hasta pasadas 48 horas laborales. Todo esto lo pudieron evitar si me hubieran mandado un SMS, hecho una llamada, enviado un e-mail o incluso una carta informándome de su problema y pidiéndome que pasara a buscar un nuevo plástico por la sucursal de mi conveniencia.