19.7.06

Debutante en el Mundial de fútbol

Cuando era niño, uno de mis principales anhelos era jugar en la Real Sociedad, el equipo de fútbol que representa a mi ciudad, Donostia (San Sebastián) y a mi provincia, Gipuzkoa. Creo que ese sigue siendo uno de las grandes sueños de los niños donostiarras porque la Real está muy dentro de la población. Jugué fútbol, mal o bien, hasta los 18 años casi ininterrumpidamente. Lo digo porque durante un par de años probé con el atletismo. Pero el balón me llamó de nuevo y hasta que mi tobillo izquierdo ya no dio más de sí, lo tuve entre los pies lo más que pude.

No llegué a la Real, pero soy socio y accionista del club de mis amores y cada vez que voy a casa aprovecho para ir al estadio a animar a los jugadores. Disfruto todo lo que puedo, pero también me frustro cuando no me deleitan con el juego que espero de ellos. Sufro como un aficionado más. Aunque quizá con una diferencia: como periodista comencé en el mundo del deporte y tengo facilidad para distanciarme de los sentimientos y analizar la situación sobre el terreno y fuera de él con más frialdad que quien llega cada domingo a la grada a sentirse uno más del club.

Cuando me hice periodista lo único a lo que aspiraba era a ser el narrador de los partidos de la Real. Pude cumplir mi aspiración en 1992, a un año de graduarme, cuando en verano hice mi pasantía en Radio Euskadi en la sección de deportes y tuve la ocasión de asistir a los entrenamientos, hacer apuntes desde el terreno de juego los días de partido, entrevistar a jugadores, entrenadores y directivos… Un sueño hecho realidad.

La vida me trajo a Santo Domingo tres años después de esa experiencia y de otras que llegaron en 1993 y 1994. Un lapsus en mi periplo dominicano, en 1996, volvió a ponerme en la labor de narrador deportivo. Pero desde ese entonces no había tenido la oportunidad de hacerlo. Hasta el pasado 9 de junio.

En los medios que he trabajado en República Dominicana he tenido especial mimo con las secciones de deportes. Eso, a pesar de ser mi país de adopción un lugar en el que el béisbol domina el espectro informativo. Pero cada cuatro años, cuando llega el Mundial, algo pasa que todo el mundo se vuelve aficionado el fútbol.

Este año, Cadena de Noticias y Virus, dos canales de televisión nacionales, hicieron un esfuerzo para llevar a los dominicanos los 64 partidos mundialistas y contaron comigo para ser parte del equipo de narradores-comentaristas. Me he dedicado, durante 17 encuentros en los que he participado, a hacer comentarios de tipo táctico, estratégico… He tratado de explicar a los televidentes algunas situaciones de los partidos basándome en la posición de los jugadores, en las incidencias del juego y en las circunstancias que suelen influir en competiciones como éstas.

He compartido acción con Jorge Rolando Bauger, Jorge Allen Bauger y Félix Disla principalmente, los tres príncipes del fútbol televisado en la República Dominicana. No he coincidido en ningún partido con el resto de compañeros: Daniel Santana, Leo Reyes y Lalo Rodríguez. Pero junto con todos ellos he tenido la experiencia de volver a hacer lo que me inspiró para hacer periodismo: narrar juegos de fútbol.

La experiencia ha sido preciosa. Y no crean que es tan sencillo esto de llevar a la gente la información futbolística. Estar preparado requiere de varias horas de investigación sobre los jugadores y cuerpos técnicos, leer las noticias sobre lo que acontece dentro y fuera de las selecciones, aprenderse las caras y números de los jugadores, saber sobre las ciudades y estadios donde tienen lugar los encuentros, conocer detalles de economía, sociedad y política de los países participantes… Un esfuerzo fuera de cámara que quizá muchos no atienden a conocer.

Pero tantas horas de trabajo son recompensadas cuando se sabe que la gente aprecia lo que le están contando. Me han parado en bares, supermercados, centros comerciales para hacerme comentarios, para felicitarme, para preguntarme cosas sobre el juego, sobre los jugadores… Y eso es algo que a uno le hace sentir muy bien porque ve que el trabajo que hace está aportando algo positivo.

Me he reencontrado con el fútbol y creo que no va a ser algo pasajero. Hay planes de seguir a lo largo del año, de volver con competiciones internacionales. Y si es para seguir divirtiéndome, porque para mi el periodismo deportivo es una diversión, trataré de divertirme. Tengo otras obligaciones, pero creo que buscaré la manera de seguir ligado a algo que forma parte de mi esencia como persona y como profesional: el fútbol.